Por: Mariano Jazmín
En momentos donde la impotencia resulta ser predominante, cuando la angustia corre como estruendosa corriente de agua por todo mi ser (como ahora), suelo utilizar mi más cercano y preciado instrumento "Mi Pluma de Oro" a través de la cual fluye lo que muchas veces mis sentidos no se animan a expresar.
Carajo, cuan dolor causa en mis entrañas ver mi gente, mi pueblo, mi país; cómo se le niega el derecho de un mejor vivir, y es que duele ver como la delincuencia le gana la batalla a las autoridades, trayendo cómo consecuencia una cifra alarmante de jóvenes que se despiden de un futuro brillante, para caer en el siniestro mundo de la perdición.
Me duele ver como la corrupción, se ha convertido en el más poderoso imperio, que gobierna con éxito los diversos organismos de nuestra generación (Sociales, Políticos, Comunitarios, Religiosos etc.)
Mi alma siente pena al ver que en un siglo tan avanzado, aún se repite la historia de cuando los Españoles hicieron uso de su mente macabra y endemoniada, para invadir la generosidad e inocencia de los Indígenas, robando sus riquezas a cambio de espejitos.
Mientras todo eso sucede, nuestros gobernantes en sus majestuosos discursos, nos presentan un país cual si fuera un cuento de Adas, la sociedad vive otra realidad muy distinta, con problemas como: Educación, Salud, Inseguridad, Económico etc.
Estos problemas se han quedado frizados en el tiempo, bajo la mirada indiferente de aquellos que nos han gobernado con jactancia y embriaguez de poder, poder que los lleva a la más altas dimensiones egocéntricas, y poniendo así en peligro el bienestar y la seguridad de una masa llamada sociedad. En resumida cuenta les voy a decir en un lenguaje llano "Nos están dando con la de Mito".
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