El análisis de los diferentes movimientos sociales, en especial el sindical y barrial, tiene una larga tradición en nuestro pais, pero en las últimas dos décadas se ha producido un cambio sustancial en la dinámica social al surgir numerosas organizaciones de la sociedad civil que han reemplazado a los viejos movimientos. Algunas de éstas organizaciones tienen incidencia en los medios de comunicación y magnifican así su fuerza, pero la mayoría se encuentran esparcidas en todo el país y carecen de mecanismos eficaces de articulación. Las más comunes son organizaciones religiosas, juntas de vecinos, asociaciones de padres de la escuela y grupos de mujeres.
Al evaluar los datos de las encuestas regionales como el Barómetro de las Américas, se encuentra que República Dominicana registra un alto nivel de asociacionismo social y de activismo político. Sin embargo, esto no se ha traducido en mayor capacidad de la sociedad civil para reformar el sistema político y mejorar la calidad de la democracia, ni tampoco para gestar un movimiento social cuestionador del sistema como ha sucedido en otros países latinoamericanos.
De aquí surge la interrogante: ¿por qué la sociedad civil dominicana no ha podido impulsar grandes reformas en una función complementaria, ‹‹desde dentro››, con los partidos políticos y el Estado, ni tampoco en una estrategia de confrontación ‹‹desde fuera››?
Con ésta interrogante, se exploran dos preguntas para dilucidar la paradoja de una alta participación social y política, y la baja incidencia de la sociedad civil en la formulaciónes e implementaciones de políticas públicas para mejorar la democracia.
Y es que con el comportamiento que han venido manejándose nuestras autoridades y representantes legislativos deja mucho en qué pensar y de qué hablar. Es éste un país democrático o volvemos a los años 1930-1960 dónde la participación ciudadana, social Política estaban secuestradas por un tirano con la diferencia que en estas décadas están pero por un grupito que la ambición y embriaguez de poder hacen pisotear hasta la misma Constitución; que es por lo que debemos regirnos todos, pero se ha demostrado por ellos mismos que es un simple papel que cada quién escribe lo que les convenga.
Ya que si se modificaran para el beneficio del pueblo sería bien visto pero sólo se modifica para la mejoría de los bolsillos de nuestros representantes y gobernantes.
Todavía esperamos por personas qué en realidad les duela sus comunidades y que el clientelismo y fanatismos reduzcan para no ser tan ingenuos de pedir que desaparezca.
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